sábado, 26 de abril de 2008

CODIGO HAMMURABI


El Código de Hammurabi, creado en un año 1692 aec (según la cronología breve), es uno de los primeros conjuntos de leyes que se han encontrado y uno de los ejemplos mejor conservados de este tipo de documento de la antigua Mesopotamia y en breves términos se refiere a la conocida frase «ojo por ojo, diente por diente». Entre otras recopilaciones de leyes se encuentran el Códice de Ur-Nammu, rey de Ur (ca. 2050 aec), el Códice de Eshnunna (ca. 1930 aec) y el Códice de Lipit-Ishtar de Isín (ca. 1870 aec).
Este texto no responde a la acepción legalista del
derecho (derecho continental), sino más bien al derecho jurisprudencial (en inglés common law); recopila de manera impersonal las decisiones de justicia del rey. A menudo se lo señala como primer ejemplo del concepto jurídico de que algunas leyes son tan fundamentales que ni un rey tiene la capacidad de cambiarlas. Las leyes, escritas en piedra, eran inmutables. Este concepto pervive en la mayoría de los sistemas jurídicos modernos.
Estas leyes, al igual que sucede con casi todos los códigos en la
Antigüedad, son consideradas de origen divino, como representa la imagen tallada en lo alto de la estela (véase más abajo). De hecho, anteriormente la administración de justicia recaía en los sacerdotes, que a partir de Hammurabi pierden este poder. Por otra parte, conseguía unificar criterios, evitando la excesiva subjetividad de cada juez.

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